1. Inagotable. La energía solar es producida por la luz, energía fotovoltaica, o el calor del sol, termosolar, para la generación de electricidad o la producción de calor. Por lo tanto, es inagotable y renovable.
2. Alta Potencia. La superficie de la tierra recibe 120 mil terawatios de irradiación solar, lo que supone 20 mil veces más potencia de la que necesita el planeta. Además, de acuerdo con la Unión de Científicos Preocupados (UCS por sus siglas en inglés), sólo 18 días de irradiación solar sobre la tierra contienen la misma cantidad de energía que la acumulada por todas las reservas mundiales de carbón, petróleo y gas natural.
3. Ahorro a corto plazo. Después de la inversión inicial, la cual puede variar dependiendo del tamaño o de cuántos paneles se instalen, se puede obtener un ahorro de hasta 90 por ciento en el recibo de luz. Esto significaría un cambio radical ya que, de acuerdo con la ONU, el 40 por ciento de la energía global es consumida por edificios y estos generan un tercio de las emisiones de carbono.
4. Fácil mantenimiento. Lo único que requieren los paneles solares para funcionar adecuadamente es estar libres de polvo. Además, muchas empresas dedicadas a este negocio tienen el servicio de mantenimiento incluido en la compra.
5. Disponible para todos. Este tipo de energía puede ser utilizado en casi cualquier parte del mundo. México tiene un gran potencial para producir energía solar domiciliaria, ya que de acuerdo con el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), el 70 por ciento del territorio es viable para instalar paneles solares.
En México, el uso de este tipo de productos y proyectos en casas y edificios promueve el ahorro, la autosuficiencia energética y la gestión eficiente de la energía.